Comentario
Los nuevos dirigentes de la ciudad, Arístides y Cimón, hijo de Milcíades, inician de manera inmediata una política expansionista, tendente a hacer desaparecer de manera total la presencia persa de las costas del Egeo. En el año 477, Cimón dirigió un contingente contra Eón, situada junto al río Estrimón. De este modo se provocaba la eliminación de la presencia persa en las costas tracias y se recuperaba el control de los accesos a las riquezas de la zona.
En relación con las acciones sucesivas, van siendo cada vez menores sus relaciones con la guerra contra los persas. La isla de Esciro estaba en manos
de los piratas, lo que, dada su posición geográfica, ponía de hecho obstáculos a las vías de comunicación marítima hacia el Helesponto, elemento clave en la recuperación ateniense tras la guerra. Por otro lado, en ella se recuperó la práctica del asentamiento de cleruquías, poblaciones atenienses que se trasladaban para explotar una parcela, kleros, sin alterar, como en el caso de las colonias, la condición de ciudadano. Era un modo relativamente nuevo de solucionar los problemas de la tierra, evitando el modo brutal de exclusión propio de la época arcaica. Los thetes acceden así a la clase de los hoplitas y se integran en el ejército, aunque para ello tengan que abandonar físicamente la ciudad, lo que puede significar también un alivio en la tensión social al desaparecer una buena parte de los thetes, no siempre ocupados en la acción naval. Ahora, ambas vías se complementan en el momento optimista subsiguiente a la guerra contra los bárbaros. Sin embargo, a pesar de todas las justificaciones reales, Cimón halló también una causa patriótica, asentada en las tradiciones heroicas. Trataba de vengar la muerte de Teseo y de hallar sus restos para trasladarlos a la ciudad. El heroísmo del hoplita adquiere así un tono aristocrático consecuente con la vía individual iniciada por los que están capitalizando los triunfos de la guerra.
Tanto en Eón como en Esciro la población fue esclavizada, sobre la base de que se trataba de poblaciones no griegas. De hecho, aparece otra faceta característica de la nueva situación, donde se afirma la libertad de los thetes paralelamente al control externo de territorios y poblaciones. Sin embargo, en la misma época se suceden las intervenciones violentas en centros de población griega, como en Caristo, en la isla de Eubea, en donde se llega a un acuerdo, después de la guerra. De Naxos dice Tucídides que fue la primera ciudad griega esclavizada después de un intento de salirse de la alianza. Tal vez haya habido una revuelta vinculada a algún cambio político, en el que los oligarcas hayan intentado desprenderse del control del demos ateniense. Sería el primer caso en que relaciones imperialistas y vicisitudes políticas internas aparecen vinculadas entre sí. Tucídides, sin embargo, lo atribuye más bien a las relaciones que se establecen dentro de la alianza, donde las ciudades quedan en situación de inferioridad por limitarse a participar con dinero y no con naves ni contingentes militares.
Cimón continúa las acciones de control de los mares frente a Persia en Caria y Licia, hasta la batalla del río Eurimedonte, en Panfilia, datada, según los autores, en 469 y en 466, frente a tropas persas y naves fenicias, que significó de hecho la anulación de la capacidad de éstas para mantener su presencia en el Egeo.